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8 noviembre, 2023El sobrepeso y la obesidad desde la nutrición integrativa
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS) la obesidad se define como “la acumulación excesiva o anormal de grasa que puede representar un riesgo para la salud”. Es una enfermedad crónica que puede prevenirse. Sin embargo, se ha incrementado en los últimos años disparando las cifras de afectados alrededor del mundo, pues es una enfermedad multifactorial, que afecta a niños, adolescentes y adultos.
Tradicionalmente, entre sus causas principales se destacaban el seguimiento de una alimentación altamente calórica y la falta de actividad física, que producen un desequilibrio en la balanza energética entre las calorías ingeridas y las calorías gastadas. Sin embargo, dichas causas no son las únicas capaces de desencadenar este mal endémico actual. Asimismo, existe una retroalimentación entre la genética y el ambiente.
Los efectos de la obesidad se ven reflejados en una extensa cantidad de géneros patológicos: enfermedades cardiovasculares e hipertensión, niveles de lípidos alterados o dislipidemia, enfermedades de la vesícula biliar, el hígado graso no alcohólico, patologías respiratorias como la apnea del sueño, problemas psicológicos, osteoartritis o diferentes tipos de cáncer.
Además, estas enfermedades pueden producir el padecimiento de otras. Un ejemplo de ello es el llamado síndrome metabólico, abarcando un conjunto de afecciones que comportan un riesgo para la salud. Asimismo, puede provocar la diabetes tipo 2, que conlleva la posibilidad de padecer problemas renales, oculares o accidentes cerebrales, entre otros.
También, en el padecimiento de la obesidad o el sobrepeso como enfermedad, se produce un aumento del estrés oxidativo. Esta circunstancia generada en el organismo se conoce como inflamación sistémica de bajo grado o metainflamación.
Dicha inflamación consiste en el aumento de citocinas inflamatorias en los niveles circulantes y un incremento de macrófagos infiltrados en los tejidos periféricos. Este estado inflamatorio no produce la lesión o la pérdida de funcionalidad en los tejidos infiltrados. Sin embargo, se producen diferentes mecanismos moleculares y fisiopatogénicos, a partir de los cuales, la inflamación sistémica de bajo grado favorece el desarrollo de enfermedades asociadas con el daño metabólico del organismo y una alteración del sistema inmunológico.
Para comprender el motivo u origen de la obesidad es importante conocer que existen determinados genes que regulan la diferenciación y proliferación del tejido adiposo y pueden estar implicados en el aumento de adiposidad.
Se podría clasificar la obesidad en varios tipos de acuerdo con su etiología:
Por un lado, puede darse un tipo de obesidad denominada obesidad sindrómica, con una baja prevalencia en humanos. Se trata de una enfermedad debida a mutaciones genéticas específicas, mayoritariamente de la vía de la leptina-propioomelanocortina y suele presentarse a edades muy tempranas junto con deficiencias cognitivas y del desarrollo. Un ejemplo serían los síndromes de Prader-Willi, de Cohen o de Bardet-Biedl
Por otro lado, la obesidad monogénica se asocia a la mutación de un gen o de una región cromosómica y afecta al 5% del total de las personas con obesidad. Se caracteriza por causar hiperfagia severa.
Por último, en la obesidad poligénica (también denominada común) se hallan implicados varios genes, además de factores ambientales que contribuyen a su desarrollo.
Actualmente, la genómica nutricional (compuesta por la nutrigenética y la nutrigenómica) trata de estudiar las variantes genéticas comprendidas en la regulación de adipocitos, de las vías metabólicas de lipogénesis y lipólisis, así como de los genes que codifican proteínas implicadas en síntesis de hormonas y transducción de señales hormonales, con el objeto de poder explicar completamente el fenotipo, la heredabilidad y la implicación de cientos de genes con la obesidad.
La genómica nutricional se encuentra en su etapa inicial, tratándose de un campo prometedor para ofrecer un enfoque individual y un tratamiento personalizado.
Sin embargo, aunque como hemos visto, en el sobrepeso y la obesidad puede existir un componente genético que predisponga al acúmulo anormal de grasa corporal, el planteamiento para tratar la obesidad no debe basarse solo en la genómica.
Cada día existe mayor evidencia que revela que la genética puede ser expresada o no de acuerdo a la interacción con otros factores. En definitiva, la genética no tiene por qué ser determinante en todos los casos.
Por lo tanto, el objetivo de una nutrición personalizada es considerar, además, los diversos factores que estén determinando la expresión de dicha genética para poder revertir y combatir el sobrepeso y la obesidad.
Es por ello que la nutrición integrativa trata de abordar elementos que van más allá de la consideración de antiguos conceptos tales como el recuento de calorías o la relación entre la ingesta y el gasto energético.
La educación en nutrición y tecnología de los alimentos constituye la base primordial para ayudar a los pacientes. Otros factores a tener en cuenta y que van a determinar el abordaje más óptimo para cada caso específico son: la consideración del momento del ciclo vital en el que se encuentre la persona, el padecimiento de desórdenes autoinmunes o metabólicos como la resistencia a la insulina, la diabetes mellitus tipo II, el hipotiroidismo, el estado de la microbiota intestinal o de los órganos detoxificadores,
Además, otras condiciones psicosociales como las influencias culturales, industriales, la adquisición de responsabilidades, las condiciones económicas o los estados afectivo-emocionales suponen factores estresantes tanto físicos como psíquicos, que están profundamente vinculados con el sobrepeso y la obesidad y deben trabajarse en consulta para conseguir unos resultados óptimos.
Asimismo, el tratamiento de la obesidad requiere un enfoque multidisciplinar. El aporte e interacción de diferentes herramientas terapéuticas permiten al paciente conseguir cambios permanentes en su estilo de vida y en la consecución de su salud.
Por lo tanto, nutricionistas, médicos, psicólogos, profesionales del mundo del deporte, osteópatas y fisioterapeutas actualizados son los pilares básicos fundamentales para ayudar al paciente a superar su patología crónica o condición circunstancial.
Sara Rivero
Nº Col: MAD00752