La artrosis representa el 70% de las consultas de aparato locomotor, un 15% de las urgencias. Tiene una gran incidencia especialmente en mujeres y en la población de edad avanzada. Representa una de las causas más importantes de discapacidad. Existe también un gran grupo de personas que tienen la enfermedad y no lo saben: hasta un 43% de la población tiene artrosis sin padecer síntomas, representando las mujeres un 52%.
El diagnóstico precoz es muy importante. Anticiparse a los cambios bioquímicos del colágeno es fundamental y también lo es la prevención de su desarrollo, que tiene mucho que ver con ciertos riesgos: obesidad, menopausia, antecedentes familiares, debilidad muscular, edad avanzada, carencias nutricionales, aspectos de predisposición genética, causas de sobrecarga laboral o deportiva…
El objetivo de las terapias farmacológicas es disminuir síntomas (dolor, rigidez, incapacidad funcional). La medicina más clásica lo hace con anti-inflamatorios no esteroideos y últimamente con los condroprotectores; estos últimos son un avance importante y validado tomado de la nutrición ortomolecular, una rama de las medicinas complementarias que ya venían utilizándolo hace tiempo. Estos condroprotectores rompen la evolución natural del deterioro articular, especialmente en manos y rodillas. Su acción es lenta, pero prolongada. Aliviar el dolor, reducir la inflamación, retardar la progresión de la enfermedad y evitar complicaciones añadidas, mejorando la calidad de vida, son los objetivos de la medicina integrativa en artrosis/osteoartritis.
El pacientes con artrosis suele tener patologías asociadas: un 70% de los pacientes tiene riesgos digestivos. En CMI – Clínica Medicina Integrativa, se abordan estos problemas asociados dentro de los programas globales, se hace en el caso gastrointestinal, con una adecuada nutrición y no sólo con anti-ácidos o protectores gástricos. Otras cormobilidades son las cardiovasculares o las metabólicas, como la presencia de obesidad y diabetes mellitus II. Otros pacientes tienen alteraciones del metabolismo del colesterol o hipertensión arterial. Todo esto hay que tenerlo en cuenta y de consecuencia tratar al paciente con una visión global.
Se trata, cada vez más, de individualizar los tratamientos; vemos que no todas las personas responden por igual a las terapias y se buscan vías para encontrar tratamientos personalizados, por ejemplo a través de estudios de polimorfismos genéticos.
¿Qué hacemos en CMI – Clínica Medicina Integrativa?
Aplicamos el nuevo modelo de tratamiento de patologías crónicas que representa la Medicina Integrativa, no solo nos ocupamos de una articulación sino del paciente en su conjuntos. La artrosis no es un proceso local exclusivamente, es más que un desgaste mecánico. Por eso, la valoración es total, no sólo reumatológica. La nutrición y una correcta alimentación es importante no solo para reducir peso, cuando sea necesario, y de consecuencia reducir la cargar que la articulaciones deben soportar, sino también para reducir los procesos inflamatorios asociados a esta patología. El papel que los componentes básicos de las proteínas, los aminoácidos, tienen en el tratamiento, han adquirido valor en el campo de la nutrición ortomolecular – uso de nutrientes a dosis farmacológicas. Las alteraciones incipientes y avanzadas del colágeno tipo II del tejido hialino, que resulta ser el tipo de colágeno más abundante en el cartílago, permite utilizar estos aminoácidos como nutrientes para reparar esta proteína. Las terapias con factores biorreguladores como pueden ser los factores plaquetarios, la inmunoterapia utilizando dosis bajas de linfoquinas, ya ofrecen resultados interesantes.
Los pacientes con esta patología, necesitan también un programa de ejercicio terapéutico personalizado en tipo e intensidad de ejercicio. Este programa debe contemplar tanto ejercicios aeróbicos y anaeróbicos, como trabajar la elasticidad. Un reforzamiento muscular es imprescindible para estabilizar las articulaciones. Además, el empleo de acupuntura y de terapias manuales permite reducir el dolor y por tanto disminuir el uso de medicación para atenuar el mismo.