A la base de un diagnóstico de Síndrome de Intestino Irritable o de Colón Irritable, hay algo más que un cuadro funcional: hay disbiosis intestinal. Este termino hace referencia a la existencia de un desequilibrio cualitativo, de la pérdida de la estructura de la pared intestinal y de la alteración e hiperestimulación del sistema inmune asociado al intestino. La ineficiencia del sistema microbiota / pared intestinal / sistema inmune, es la base patogénica de estos procesos y de sus complicaciones.

Estos cuadros funcionales se diagnostican después de un estudio riguroso de los síntomas gastrointestinales de una paciente, descartando una enfermedad de base: inflamatoria, cancerosa, infecciosa o alérgica (celiaquía del adulto, por ejemplo). Los estudios de sangre, métodos de exploración visual (endoscopia, radiología …) o incluso biopsias de mucosas, entre otras, se realizan antes de definir el proceso. Cuando no se encuentra ningún dato relevante, el diagnóstico es el señalado. pero los tratamientos actuales le sitúan a los que lo padecen en la cronicidad.

Para la Medicina Integrativa, debajo de este diagnóstico hay algo más: disbiosis intestinal. ​Los síntomas son muy diversos, siendo frecuente el hinchazón abdominal, digestiones pesadas, dolor crónico abdominal, alteración del ritmo intestinal, pero también síntomas extra-digestivos como migrañas, dolores articulares y musculares, dermatitis y eccemas.

La composición de la dieta juega un papel muy importante a la hora de garantizar una correcta salud intestinal, diversos estudios demuestran como el consumo de fibra y alimentos fermentados pueden favorecer el crecimiento de bacterias intestinales beneficiosas para nosotros y sin embargo, dietas muy ricas en proteínas o en azúcares simples, pueden provocar el aumento de bacterias intestinales patógenas o metabolitos tóxicos.

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