LA IMPORTANCIA DE LAS PROTEINAS
21 enero, 2025Nutrición basada en la evidencia: el cacao.
El chocolate ha sido a lo largo de la historia un elemento de gran simbolismo. Proviene del cacao, una planta natural de las selvas tropicales de América Central y América del Sur. Los primeros textos que mencionan al cacao se remontan a las civilizaciones precolombinas, y sus primeros cultivadores fueron los Olmecas, considerados como los responsables de la cultura madre de la civilización mesoamericana. Según la leyenda, Quetzalcóatl, dios de los vientos y la lluvia y el creador del mundo y la humanidad, regaló el árbol de cacao a los seres humanos. Dicho árbol fue posteriormente bautizado en el siglo XVIII por el naturalista sueco Carlos Linneo, como Theobroma cacao, que en griego significa «alimento de los dioses». Fueron los aztecas y los mayas quienes perfeccionaron esta bebida amarga y picante. El xocolatl era una bebida considerada sagrada, dadora de fuerza y sabiduría, y también sustento dentro de sus economías. En el siglo XIV, el emperador azteca Moctezuma ofreció esta bebida al conquistador español Hernán Cortés, quien la introduciría en España. Y es aquí donde nacería el chocolate como lo conocemos, endulzado y especiado, convirtiéndose en bebida de reyes y nobles. Posteriormente se popularizaría a través de Europa, adoptando muchas formas y símbolos y constituyéndose hasta la actualidad en el alimento más evocador y hedónico de la historia.
El chocolate ha sido representado en obras literarias, cinematográficas, culinarias y también en las artes plásticas, y por ello se ha convertido en un símbolo cargado de significados dentro de la emoción humana. Sin embargo, el chocolate no es solo la encarnación de un placer emocional o visual, su valor nutricional también lo convierte en un alimento que, cuando se consume de manera moderada, puede ofrecer beneficios significativos para la salud.
El chocolate es un alimento de origen vegetal. Su componente principal es el cacao de las semillas del árbol Theobroma cacao, que crece en los trópicos. Su sabor es amargo, su color se asemeja al de la madera oscura, y tiene una serie de micronutrientes que le han brindado características de un alto potencial terapéutico. El estudio bromatológico del alimento ha demostrado sus cualidades nutritivas y benéficas para la salud, en concreto, por sus propiedades antioxidantes.
Los antioxidantes son sustancias que protegen a las células del organismo del daño provocado por los radicales libres. Dichas moléculas son elementos inestables que pueden contribuir al envejecimiento prematuro y al padecimiento de enfermedades crónicas como enfermedades cardíacas, diabetes y algunos tipos de cáncer. El cacao es particularmente rico en estos compuestos antioxidantes, siendo los flavonoides y los polifenoles los más destacados.
Los flavonoides pertenecen a una familia más extensa llamada polifenoles. En el cacao, los flavonoides más abundantes son las catequinas y epicatequinas, compuestos que tienen efectos altamente beneficiosos para la salud.
Por un lado, las catequinas son conocidas por sus propiedades antiinflamatorias, protegen las células y mejoran la circulación sanguínea.
Otro tipo de flavonoide muy potente son las epicatequinas, las cuales han demostrado capacidad para reducir la presión arterial, mejorar el revestimiento de los vasos sanguíneos y aumentar su flujo. Es por ello, que el consumo regular de estos fitoquímicos puede contribuir a una mayor protección frente a las enfermedades cardiovasculares, optimizando la salud del sistema circulatorio y actuando como mejora de la salud en general.
Además, de acuerdo a investigaciones recientes, el aporte de flavonoides en la dieta podría ayudar a reducir las fluctuaciones de glucosa en sangre al interferir con las enzimas digestivas y los transportadores de glucosa.
Los polifenoles son otro grupo de antioxidantes presentes en el cacao con un impacto significativo en la salud. A este grupo se le atribuye, asimismo, propiedades antiinflamatorias y de mejora de los valores lipídicos. El perfil de ácidos grasos se ve afectado con valores más óptimos de HDL y LDL que se ven aumentados y disminuidos respectivamente.
Las proantocianinas son el tercer grupo de antioxidantes que se encuentra en el cacao. Estos micronutrientes tienen la capacidad de fortalecer los vasos sanguíneos manteniéndolos más flexibles y saludables. Esta acción favorece una circulación sanguínea más óptima, lo que a su vez reduce el riesgo de hipertensión y de enfermedades cardiovasculares. Además, las proantocianidinas también han mostrado tener efectos positivos sobre la función cognitiva y la memoria. En definitiva, además de los beneficios que aportan al sistema cardiovascular, también pueden proteger al cerebro del daño celular ayudando a prevenir el deterioro cognitivo asociado a la edad.
Otro compuesto orgánico y antioxidante a destacar es la teobromina. Esta sustancia se parece a la cafeína (que también está presente en el cacao) aunque sus efectos son más leves ya que, a pesar de estimular el sistema nervioso, no tiene sus efectos secundarios como la ansiedad o el nerviosismo. Sin embargo, es capaz de mejorar el estado de ánimo y aportar una ligera sensación de bienestar. Por otro lado, el cacao también contiene otras sustancias psicoactivas que contribuyen a estos efectos beneficiosos. Entre estas sustancias se incluyen la dopamina (neurotransmisor asociado a las sensaciones de placer), la serotonina (que mejora el estado de ánimo generando sensaciones de felicidad y bienestar) la anandamida (un lípido relacionado con sensaciones de felicidad) o la feniletilamina (neurotransmisor responsable de efectos estimulantes sobre el estado de ánimo y el placer).
Por lo tanto, los beneficios del cacao contemplarían desde la mejora de la salud cardiovascular, la prevención del envejecimiento prematuro, ya que al combatir los radicales libre previene el envejecimiento prematuro de la piel y de los órganos o el apoyo en la reducción de la inflamación. Dichas ayudas derivan asimismo en otras múltiples como la mejora de la señalización de la insulina o en la influencia sobre el tejido adiposo asociándose a un índice de masa corporal más bajo y una menor circunferencia de cadera.
Es por ello que esta documentación basada en estudios recientes postula al cacao como un buen alimento en la prevención y el manejo de enfermedades inflamatorias crónicas de manera general.
Y aunque, existen múltiples estudios científicos que apuestan por sus beneficios, todavía no existe un consenso sobre la cantidad optima a consumir. Lo ideal es consumir cacao puro sin alcalinizar y sin azúcar o que el chocolate sea amargo y tenga un alto porcentaje de cacao. Asimismo, los beneficios pueden verse incrementados si se mezclan con otros alimentos como los frutos secos, por ejemplo. De esta manera, incorporar el chocolate en una dieta equilibrada y con moderación puede ser una manera sabrosa y saludable de ampliar e integrar el bienestar físico y emocional, pues desde sus orígenes se fue transformando en una combinación fascinante de arte, cultura, emoción y nutrición. Su simbología universal de placer e indulgencia, así como sus beneficios comprobados para la salud lo convierten en un alimento mágico, que al igual que el arte puede tocar tanto el cuerpo como el alma.
Sara Rivero Gil
Nº Col: MAD00752