El trastorno obsesivo compulsivo afecta a un alto porcentaje de la población, entre un 2.5 y un 5% de la población  lo padece o lo ha padecido.

El TOC o neurosis obsesiva, se caracteriza por dos fenómenos:

• Las ideas obsesivas: son ideas contrarias a las ideas habituales del paciente. Piensan cosas que les parecen terribles, les angustian y les repugnan. Así, el más honrado puede pensar que robó, el más bondadoso que asesinó o que podría asesinar a sus familiares o que  es un pederasta o, siendo toda su vida heterosexual, un día comienza a pensar con intensa angustia que pueden gustarle las personas de su mismo sexo. Lo característico de estas ideas es que se imponen al paciente con la certeza de que son o podrían ser ciertas. Confunden el pensamiento o la fantasía con la realidad. Estas ideas son reiterativas, torturantes, retornan y retornan a pesar de que el paciente quisiera quitárselas de encima. Para tranquilidad del paciente estos actos nunca se realizan: el neurótico obsesivo es el más incapaz de matar, o robar o mantener relaciones con alguien de su propio sexo, si esta es la idea obsesiva. Todo queda dando vueltas obsesivamente en la mente del paciente, pero no se materializa.

• Los rituales obsesivos o compulsiones: Son una serie de acciones que el neurótico obsesivo lleva a cabo para evitar las catástrofes que imagina: por ejemplo, si tiene temor a contagiarse de alguna enfermedad, se lavará compulsivamente las manos muchas veces al día, o lavará la ropa reiteradamente si ha estado en uno de esos posibles lugares que él cree fuente de contagio, o se ha cruzado con alguien  que él considera “contagioso”.

Cuando el paciente, por cualquier impedimento no puede realizar la acción, se genera una intensa angustia, por eso no hay que prohibir de entrada los rituales. Cuando el paciente vaya mejorando, no los necesitará y dejará por sí mismo de hacerlos sin indicación ninguna del médico.

Los fármacos clásicos utilizados para el tratamiento de la neurosis no son muy eficaces, los más comunes son los antidepresivos, además tienen efectos secundarios y no modifican la manera de pensar del paciente, que es el principal problema. El tratamiento psicoanalítico es sin duda el más eficaz para la neurosis obsesiva.

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